Tomar la decisión de vender tu empresa no es nada fácil. Suele venir incentivada por una situación de falta de planificación en la transmisión, ausencia de un sucesor competente, el fracaso o agotamiento de un negocio o de un sector, dificultades familiares, peleas entre socios, falta de capital o falta de financiación. Al margen de todo esto, es imprescindible mantener la mente fría para tomar dicha decisión. Para la mayoría de los empresarios, esta será la Venta más importante de toda su vida.
En España sigue habiendo un nivel más alto de inseguridad en la toma de decisiones por parte de los empresarios/as, influidos por el temido y famoso “que dirán” español, que no es más que el propio Riesgo financiero inherente en este tipo de operaciones. Este Riesgo puede resultar limitante y potencial si no se planifica la operación con tiempo, calidad y de la mano de especialistas en la materia. Una venta no siempre significa la solución ante una mala situación. De hecho, en un altísimo porcentaje suele ser lo contrario, y es que, lejos de la realidad, toda empresa tiene un momento óptimo para ser vendida.
Y volviendo a la importancia de la planificación para llevar a cabo estas operaciones, os damos cuenta de ello mostrando de forma muy resumida los pasos estándar a los que se enfrentan este tipo de decisiones:
- La primera fase será analizar si realmente es el momento adecuado para vender la empresa. ¿Vamos a vender toda la empresa?, ¿el motivo de su venta es el propio conductor de valor o debemos trabajar el discurso comercial? Existen muchas preguntas que previamente debemos tener contestadas antes de salir al mercado.
En esta fase inicial, el empresario debe concienciarse de que su empresa no puede captar un mayor valor corrigiendo pequeñas cosas en un tiempo relativamente corto. Simplemente con tener la información disponible en tiempo y forma ya es un conductor de valor significativo. Con todo, lo que se pretende es aumentar las probabilidades de valor de su empresa antes de entrar en un estado de No Retorno.
- Sabemos que estamos en el mejor momento para la venta, pasemos ahora a conocer la Valoración de mi Empresa y no nos asustemos con el rango de valor de la misma. ¿Cuánto vale un hijo para un padre? Es un valor incalculable, pues algo así pasa en esta fase para un empresario. Las expectativas muy pocas veces se suelen cumplir cuando valoramos nuestra empresa, y tenemos que estar preparados para ello puesto que hay que defender nuestra oferta cara a unos inversores muy inteligentes en este tipo de Negociaciones.
Hay que establecer un precio a la venta en función de la valoración, y si esta no tiene conductores de valor coherentes y potenciales, el precio puede llegar a ser menor que el rango inferior de la valoración.
- El proceso de Venta contiene un alto grado de especialización, tanto financiera, como legal o inclusive especializaciones menos genéricas en función de la actividad de la empresa. Estas especializaciones están cargadas de un significado estratégico enorme con el que debemos preparar la operación, comenzando a encontrar los compradores que queremos atraer.
La mejor opción es contratar a un asesor financiero especializado en este tipo de operaciones, pues su objetivo será maximizar el precio de la venta a través de la búsqueda y comercialización de los conductores de valor de la empresa durante toda la negociación.
- Si lo anterior te ha parecido suficiente, debemos decirte que sólo ha sido un calentamiento (normalmente es un proceso que puede llevar de 6 a 10 meses). Una vez hayamos encontrado potenciales compradores, pasamos al cuarto paso del que nacen los procesos de verificación y negociación a través de auditorías especializadas llamadas en su término anglosajón “Due Dilligence” (lo que le has vendido al comprador, ahora lo tienes que demostrar con números).
En esta fase, vas a abrir tu casa a un Inversor donde, hasta el momento de la compra-venta final será tu adversario puesto que tendréis puntos de vista opuestos en la negociación. Es importante que antes de iniciar un paso más estrecho, incluso en la primera toma de contacto, se firme una carta de confidencialidad, denominada “No disclosure agreement” (NDA), junto a la cual se entrega la documentación básica y se asegura que no salga al mercado información confidencial, entre otras cosas que pueden ocurrir. Si tras el envío de esta primera información el comprador sigue interesado, se redacta un segundo documento conocido como la carta de intenciones (letter of intent “LOI”).
Como ves, aventurarse a realizar una operación por tu propia cuenta es muy arriesgado, existen diversas “artimañas” en este mercado que pueden depreciar tu empresa creyendo que estás cerrando la operación de tu vida. O incluso la pesada gestión de la misma te puede desgastar tanto que tus ganas de cerrar la operación hagan que te saltes puntos críticos en la misma.
Si necesitas más información sobre operaciones de compra-venta, contacta con nuestro equipo dentro del Servicio de Apoyo a la Inversión de FEDA para valorar y asesorarte en tu proyecto de venta.