El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha sido esta mañana muy tajante a la hora de responder a las peticiones de una reforma del mercado laboral hechas hoy por el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, y ayer por su homólogo en el Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet. "No está en el programa del Gobierno abaratar el despido ni hacer reformas que restrinjan los derechos laborales", ha sentenciado.
El jefe del Ejecutivo, de viaje en Abuja (Nigeria) para asistir a una cumbre con 14 jefes de Estado y de Gobierno del África subsahariana, ha recordado que "hay un proceso de diálogo social en marcha" y ha subrayado que espera que "alumbre un acuerdo que sea positivo para el mercado laboral".
Horas antes, Fernández Ordóñez ha dicho en el Congreso que "la reforma del mercado laboral resulta ineludible". Ha añadido que "debería tender a diversos ámbitos", entre los que ha destacado que "las condiciones laborales y retributivas se ajusten con más flexibilidad a la situación económica". El gobernador del banco de España ha asegurado que, en línea con los planteamientos de la CEOE y en contra de la opinión del Gobierno y sindicatos, "es vital introducir cambios en el sistema de contratación".
Un acuerdo antes de agosto
En este debate, abierto hace unas semanas por el propio Fernández Ordóñez, entró ayer Trichet para echarle un capote: "La situación requiere una reforma laboral y una moderación de los salarios". Para Trichet, "el sistema de protección español es excesivamente oneroso para los empresarios; para lograr un mercado laboral más dinámico sería bueno eliminar esas rigideces". "No quiero asustar a nadie", añadió, "pero esa idea de introducir más flexibilidad es buena".
Zapatero les ha replicado que respeta "todas las opiniones", pero les ha recordado que "una cosa es opinar como experto y otra gobernar". "Como gobernante", considera que "lo que interesa a España en estos momentos" no es abaratar el despido. Y ha dado tres recetas de "lo que necesita España". Primero, "un acuerdo social". Segundo, "acelerar el cambio de modelo productivo" -Zapatero siempre aboga por sustituir el ladrillo por una economía sostenible que apueste por sectores estratégicos como el tecnológico-. Y tercero, "reformar y fortalecer la formación profesional y la educación". Por su parte, el secretario general de UGT, Cándido Méndez, ha advertido de que reformar la contratación, abaratar el despido y reducir salarios, como pide Trichet, no hará que España salga de la crisis. "Ese no es el camino, en absoluto. Ese es el camino de la debacle", ha avisado el dirigente sindical, informa Efe.
El líder de UGT ha asegurado que España es uno de los países de la UE donde más reformas laborales se han hecho, aunque no en todos los casos se han dado los resultados esperados o deseados. En este punto, Méndez ha recordado que en 1994, el Gobierno socialista impulsó una reforma laboral "de mucho calado", que no evitó que se perdieran cientos de miles de empleos fijos en España. Sobre el diálogo social, el secretario general de UGT ha admitido que la negociación está siendo "muy difícil" por las diferencias que separan a sindicatos y empresarios, pero aún así ha confiado en que antes de que llegue agosto se pueda cerrar un acuerdo. También el presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, ha confiado en que antes de finales de julio se pueda alcanzar un acuerdo en diálogo social que sirva "de verdad" para mejorar la situación de la economía española.
Fuente: elpais.es