La Federación de Comercio pide a los consumidores que pierdan el miedo a comprar
Los comerciantes albaceteños no saben si la crisis económica ha tocado fondo, pero no recuerdan otra época peor. Después de un invierno catastrófico y una temporada de primavera-verano aciaga, ponen sus esperanzas en las rebajas estivales, que darán comienzo el 1 de julio. Todo apunta a que serán aún más agresivas, si cabe, que las de enero, con descuentos iniciales del 50% en la mayoría de los escaparates. De hecho, las promociones se han sucedido a lo largo de las últimas semanas para tratar de sobrevivir.
Y es que el presidente de la Federación de Comercio, Lorenzo López, pintaba a este diario una situación dramática. De hecho, hizo un llamamiento a los consumidores para que aprovechen «una época de oportunidades históricas». En su opinión, la crisis está minando el sector, pero más allá de los problemas económicos, hay un miedo en el ambiente que acaba por frenar incluso a quien está hoy igual que hace tres años. «Que sopesen su situación y pierdan el miedo», pedía Lorenzo López, quien ve a diario cómo se suceden los cierres.
Todas sus armas
El panorama no es nada alentador, pero los comerciantes van a echar el resto. Mañana presentarán una tarjeta que permitirá a los albaceteños pagar a plazos en el pequeño comercio como lo pueden hacer en las grandes superficies, sin intereses. Estas facilidades de pago, a las que se sumarán descuentos únicos, hacen augurar un aumento de las ventas, que arrastran pérdidas de entre el 20% y el 50%. La peor parte, de momento, se la llevan el sector del automóvil y el de menaje y hogar, pero en textil y calzado se conformarían con que las rebajas les permitiesen afrontar los gastos.
Como autónomos, los pequeños comerciantes se enfrentan a una prueba de supervivencia. La clave está en animar al consumidor y competir en igualdad de condiciones con los grandes. Por este motivo, el año pasado se aprobó un decreto que retrasaba el inicio de las rebajas. Hay que recordar que el periodo de descuentos abarcará del 1 de julio al 30 de septiembre, eso sí, los comerciantes sólo podrán mantener esas promociones un máximo de dos meses y un mínimo de una semana.
«Vamos a empezar muy agresivos, con descuentos realmente altos porque el comercio tradicional lo que pretende es quitarse el género de encima y poder pagar los gastos», reconocía Lorenzo López. A su juicio, estas rebajas «serán muy buenas porque hemos puesto mucha ilusión».
Desde que empezó la crisis, antes, incluso, de las elecciones, el comercio tradicional ha visto cómo negocios, en su mayoría familiares, se iban a la ruina. Lorenzo López reconocía que ahora lo que se pretende es aguantar, porque enriquecerse está descartado.
El comercio pide ahora ayuda a los albaceteños, pero sabrá agradecérsela. Apela a la valentía del consumidor porque más de 15.000 puestos de trabajo y 4.000 empresas se mantienen en la cuerda floja. Además, en vista de que la banca no está por la labor de liderar el rescate, la Federación pretende premiar también a sus clientes con una tarjeta de fidelización, es decir, regalando más a quien más invierta en la tienda de toda la vida.
Lo que está claro es que si el comercio pide ayuda es porque cuenta con argumentos para ello. El estudio Recursos Humanos en el Comercio de Albacete, elaborado en la Universidad de Castilla-La Mancha, ha demostrado que entre mayo del año pasado y enero de éste, es decir, en sólo ocho meses, ha perdido el 8% del empleo. Pero el problema no está únicamente en el número de desempleados que ha sumado el comercio a las estadísticas. Lo más trágico es que la mayoría de sus trabajadores son mujeres, con baja formación, y la mitad autónomos que no recibirán ningún tipo de prestación.
Como dato positivo, la Asociación Empresarial de Comercio Textil y Complementos calcula que cada habitante gastará 85 euros de media en la compra de prendas de vestir de hombre, mujer y niños, de hogar así como de complementos. El reto del comercio local está en conseguir que esta cantidad se quede en sus tiendas y no se la lleven las grandes cadenas, que optarán por medidas tanto o más agresivas. Prueba de ello es que esta primavera se ha dado el mismo fenómeno que en otoño, se han sucedido las promociones, semanas especiales y descuentos, por lo que hay quien teme cierto cansancio entre los consumidores.
La temporada de rebajas empezó en comunidades como Madrid el 21 de junio, pero aquí se modificó el decreto en noviembre del año pasado con el fin de aprovechar al máximo las ventas de temporada.
Fuente: laverdad.es