En la negociación con el Gobierno y los sindicatos
La cúpula de la CEOE echó ayer un nuevo jarro de agua fría al diálogo social (foro de debate y negociación entre Gobierno, empresarios y sindicatos) tan solo 24 horas antes de que se celebre una nueva reunión tripartita. Los miembros del comité ejecutivo y de la junta directiva de la patronal se apiñaron en torno a su presidente, Gerardo Díaz Ferrán, y dejaron muy claro que la organización no está dispuesta a firmar un pacto de mínimos para dar una salida airosa al proceso. Los máximos responsables de CEOE defienden un «acuerdo de calado» que recoja «las medidas estructurales que necesita nuestro sistema económico» y que sea «un instrumento eficaz para superar la crisis que nos afecta». Tampoco son partidarios de actuar con urgencia. Su lema es «seguir negociando más allá de plazos».
Díaz Ferrán subrayó que los representantes de CEOE no se levantarán «en ningún momento» de la mesa de negociación, pero insistió en que la patronal no cuenta «con una propuesta concreta y adecuada» que obligue a tomar una decisión a la junta directiva. Descartó asumir un acuerdo sin previa consulta con los órganos de dirección de CEOE e informó que cuando «exista una base suficiente» serán convocados para que den su visto bueno.
Precisamente, a las últimas medidas que estudia el Gobierno también se refirió ayer el titular de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho. El ministro resaltó que todas las mejoras que se adopten, tanto en respuesta a los intereses de los empresarios como a los de los sindicatos, tendrán «un horizonte temporal», incluida la rebaja de cotizaciones a la Seguridad Social. Argumentó que «es obvio que a partir de 2011 habrá un antes y un después de la crisis».
Corbacho no desveló cuántos puntos se pueden reducir las cuotas sin afectar la buena salud financiera del sistema público de protección. Aseguró que el Gobierno es «muy sensible» hacia las necesidades de las empresas pero reiteró que, por ejemplo, las pensiones que reciben más de ocho millones de ciudadanos no se pueden poner en peligro. «Cualquier rebaja de cuotas tendrá siempre que partir del principio de que el sistema de ninguna de las maneras se puede poner en riesgo. Así que vamos a ver cuáles son los márgenes de maniobra que se pueden tener», dijo.
Recordó que el Ministerio trabaja con la hipótesis de que la Seguridad Social termine 2009 con un superávit de «3.000 ó 4.000 millones de euros», pero con esto no basta. Además, es necesario ver las proyecciones de afiliación para los próximos años. La reducción ofrecida por el Gobierno el pasado 25 de junio, la única concreta que se conoce oficialmente, era de 0,5 puntos en contingencias profesionales (enfermedad y accidente profesional) y suponía un ahorro anual para los empresarios de 1.600 millones de euros. En consecuencia, una rebaja de dos puntos rondaría los 7.000 millones de euros.
No obstante, el ministro se mostró esperanzado en que la reunión de hoy suponga un nuevo paso hacia el consenso, que, a su juicio, debe producirse cuanto antes. «La sociedad nos está pidiendo a todos que busquemos un acuerdo lo más rápidamente posible, porque aunque un pacto en la mesa de diálogo social no será suficiente para resolver la crisis mundial, lo que sí es seguro es que beneficiará a la economía y, sobre todo a las familias», explicó en la sede de su Departamento, tras la entrega de los diplomas correspondientes a 44 nuevos subinpectores de Trabajo y Seguridad Social.
Fuente: laverdad.es