Una de cal y otra de arena. El Banco Central Europeo percibe que la economía de la zona se estabiliza, aunque alerta de que seguramente registrará altibajos. Entre las posibilidades de mejora, apunta que las medidas de estímulo podrían tener mayores efectos de lo esperado, la confianza podría aumentar con relativa celeridad y celebra que el empeoramiento de los mercados laborales tiende a ser menos acusado de lo inicialmente previsto. Pero hay que contar con un efecto negativo más intenso de la traslación a la economía real de los desequilibrios financieros, no hay que fiarse de la evolución del precio del petróleo y aún es de temer el impacto de una "corrección desordenada de los desequilibrios mundiales". Desconfía, de los valores que puedan resultar cuando empresas e instituciones financieras lleven a cabo una valoración real de sus activos.
Estos factores cuentan para el conjunto de los Dieciséis. Pero, en el caso de España, la institución europea vuelve a la carga con la desfavorable evolución del mercado de trabajo. Mientras varios países de la zona euro (Alemania, Italia, Países Bajos) han registrado incrementos del desempleo bastante moderados, España e Irlanda están sufriendo "aumentos desproporcionadamente grandes" de las tasas de paro respecto a la media de la región.
El Banco Central Europeo atribuye estos desfases a las diferencias en las políticas de empleo y en las instituciones relacionadas con el mercado de trabajo. En otras palabras, considera que el desempleo ha crecido con mayor celeridad en los países con elevada protección del desempleo, fuerte cuota de trabajo temporal, elevadas cotizaciones sociales a cargo del empleador y en los que salarios, jornadas y plantillas no se ajustan adecuadamente a las necesidades de la producción."Allí donde las instituciones reducen la flexibilidad laboral, podría haber efectos más persistentes sobre el desempleo", alerta, en una clara referencia a España.
El análisis admite los esfuerzos de las autoridades por mantener el empleo con medidas a corto plazo. Pero advierte que si estas actuaciones dificultan la reasignación de trabajadores de sectores menos productivos a los más productivos, o ponen trabas a la reestructuración de las empresas enfrentadas a nuevos retos económicos, su aplicación "perjudicará la productividad y la competitividad internacional".
Insiste el BCE en la urgente necesidad de abordar reformas en la legislación sobre protección del empleo cuando la economía retome una senda firme, para reducir la segmentación del mercado de trabajo y de ayudar a que se produzca una reasignación sectorial de los trabajadores. También propugna reformas de la protección social para aumentar los incentivos a trabajar y nuevos esfuerzos para incrementar la flexibilidad en la fijación de los salarios.
Fuente: laverdad.es