Informe de CEOE sobre elaboración de los Presupuestos Generales del Estado 2008
El pasado mes de septiembre la política económica en España ha tenido como protagonista la presentación de los Presupuestos para 2008. Al igual que ejercicios anteriores, el superávit público logrado se debe en buena medida a los excedentes obtenidos en la Seguridad Social (0,6% del PIB), mientras que el superávit del Estado y organismos públicos supone una cifra positiva, aunque modesta (0,3% del PIB). Las Comunidades Autónomas alcanzarán un saldo positivo del 0,25% del PIB y los entes locales un 0,0%. De este modo, 2008 será el cuarto año consecutivo en que se logre superávit presupuestario para el Conjunto de las Administraciones Públicas (1,15% del PIB).
Sin embargo, el optimismo y satisfacción que supone esta favorable previsión de las cuentas del sector público deben ser matizados. Una de las primeras consideraciones que hay que hacer de este proyecto es que se basan en unas previsiones de crecimiento económico optimistas. De hecho, el 3,3% de aumento del PIB previsto para 2008 se encuentra en el rango más alto dentro del consenso de los analistas, que en septiembre se situaba en el 3%, pero con cierto sesgo a la baja. Así, el FMI se ha sumado a la OCDE para dar una previsión de crecimiento de la economía española del 2,7%. Por lo tanto, en términos de promedio anual, la economía española en 2008 puede perder un punto porcentual de crecimiento del PIB. Todo ello influirá en la creación de empleo que, según el Ejecutivo, se moderará hasta el 2,2% en 2008 (2,8% de 2007), el crecimiento más bajo desde 2002.
Menor crecimiento economía mundial
Por ello, se debe afrontar con mayor prudencia el ejercicio 2008 debido al escenario de menor crecimiento de la economía mundial, a la pérdida confianza de los agentes y al endurecimiento de las condiciones de los créditos financieros. Todos estos factores tendrán consecuencias negativas en nuestra economía, que debe buscar en el exterior financiar nada menos que el 9% de su cifra de PIB, es decir, unos 90.000 millones de euros. Además, las nuevas condiciones de financiación tendrán repercusión en la inversión en equipamiento de las empresas y en el gasto de las familias en vivienda y en consumo.
La previsión de incremento de los ingresos realizada con la estimación de un aumento del PIB del 3,3% presenta una notable desaceleración respecto al avance de liquidación del actual ejercicio (5% en 2008, frente al 8% de 2007). Por tanto, si la desaceleración económica se intensifica, atraerá menores ingresos públicos y afectará, a su vez, a la necesidad de reducción de impuestos en ejercicios venideros.
Financiación Administraciones Territoriales
Este comportamiento de menor dinamismo de los ingresos unido a la aprobación por ley de una serie de políticas que incrementan el gasto social puede afectar la sostenibilidad del equilibrio presupuestario. Además, hay que tener en cuenta que casi el 65% del gasto está comprometido para la financiación de las Administraciones Territoriales, los intereses de la deuda pública, las clases pasivas del Estado, la aportación al Fondo de Contingencia y la aportación a la Unión Europea, conjunto de partidas que aumentan por encima del PIB nominal para 2008. Por lo tanto, el margen de maniobra de los presupuestos para afrontar un ciclo menos favorable o para dotar con más recursos a otros capítulos de gasto cada vez es menor.
Aunque el nuevo presupuesto establece un techo de gasto para el Estado del 6,7% (operaciones no financieras), el presupuesto del gasto consolidado, es decir, el que incluye, además del Estado, la Seguridad Social y los Organismos Autónomos, se incrementa un 7,2%, por encima del PIB nominal, siendo la principal partida presupuestaria, las transferencias corrientes, la que experimenta un incremento mayor (7,6%). Por tanto, la política fiscal tiene un cierto sesgo expansivo y, en consecuencia, no contribuye a la estabilidad de precios.
Gasto social
El gasto social es el capítulo más importante del presupuesto consolidado y tiene un marcado carácter estructural por el cual es muy difícil reducir el compromiso de gasto adquirido para los años siguientes. Además, en los últimos años el peso de esta partida en el total de gastos ha aumentado, al pasar del 50,6% en 2006 al 51,4% en 2008. Aunque las pensiones representan dos tercios de este capítulo, el incremento más elevado se produce en servicios sociales y promoción social. Dentro del gasto social llama la atención el comportamiento de la previsión de la prestación por desempleo, que incrementa un 9,0% (6,6% de 2007) cuando, según el Gobierno, la tasa de paro se va a mantener por debajo del 8%. En cambio, sólo aumentan un 5% los recursos destinados a políticas activas de empleo.
Con estas perspectivas de incremento de gasto social, se reduce el margen para incrementar aquellas partidas que pueden incidir en el aumento de la productividad y mejora la competitividad del tejido empresarial español. De hecho, en el presupuesto de 2008, las infraestructuras sólo aumentan un 5,9%, avance inferior al del conjunto del gasto en estos conceptos e inferior también al crecimiento previsto para la economía en 2008 que será del 6,7%, según previsiones del Ministerio de Economía y Hacienda. Por el contrario, el gasto en I+D+i aumenta un 17,4%, si bien es la mitad que en 2007, e Industria y Energía un 9,3%.
Por último, destacar dentro del gasto consolidado, la enorme cuantía que suponen las transferencias a otras Administraciones Públicas (un 20%), partida que aumenta un 8%. En definitiva, no estamos ante el Presupuesto ideal que una situación económica como la que estamos viviendo, de una cierta desaceleración, requeriría.