Supone un descenso de tres décimas respecto al registrado entre abril y junio
La economía española creció el 3,7% en el tercer trimestre -tres décimas menos que en el segundo-, periodo en el que se moderó aún más la demanda interna y el sector exterior disminuyó su aportación negativa al crecimiento, según cálculos del Banco de España. Pese a que el organismo ha señalado en su último boletín económico que el ritmo de crecimiento se mantendrá, ha reconocido que puede verse afectado por la crisis financiera. Ante tal posibilidad, reclama al Gobierno que proporcione estabilidad presupuestaria para mejorar la flexibilidad de la economía.
El organismo supervisor ha subrayado la "suave desaceleración" registrada en el tercer trimestre en la mayor parte de los indicadores. Moderación en los sectores productivos o en la inversión, que no obstante sigue siendo fuerte, y también en el consumo de los hogares, que ante la crisis financiera y el endurecimiento del crédito son ahora más propensos al ahorro.
Al analizar la composición del crecimiento, el Banco de España considera que la demanda interna redujo en tres décimas su crecimiento en el tercer trimestre, hasta el 4,3%, debido sobre todo a esa desaceleración.
Mientras, el sector exterior redujo en una décima, hasta los 0,8 puntos, su aportación negativa al crecimiento, gracias a la mejora de las exportaciones, que crecieron el 6%, sobre todo por la venta de bienes y servicios turísticos, mientras las importaciones aumentaron más del 7% favorecidas por el abaratamiento de los productos comprados con el euro apreciado.
Tiempo de ahorrar
El organismo que preside Miguel Angel Fernández Ordóñez ha señalado que "es de prever" que una menor revalorización de la riqueza financiera e inmobiliaria de los hogares, junto con el endurecimiento del crédito, se traduzcan en una "reducción de la propensión al consumo" y una "mayor estabilidad de la tasa de ahorro".
En cuanto a la inversión, en el tercer trimestre ha rebajado su "fuerte" avance, con un aumento estimado del 6%, debido a la desaceleración de la inversión en construcción y de la destinada a bienes de equipo, que en cualquier caso sigue creciendo a niveles muy elevados, del 10%, y se mantiene como el componente más dinámico del crecimiento.
Fuente: elpais.com