La CEOE está preocupada por el futuro energético de España. La cantidad de energía necesaria para producir bienes es muy elevada y las renovables no ofrecen la fiabilidad suficiente para depender de ellas. En este contexto, la nuclear emerge como alternativa para los empresarios. "Aunque parece la más denostada, es la más segura en cuanto a suministro, la más barata y la más ecológica", subrayó ayer Antonio Garamendi, responsable de energía de la organización, en la asamblea que celebró la patronal.
La CEOE aprovechó la presentación de su plan estratégico 2008-2011 para realizar una encendida defensa de esta energía, que representa el 20% del total en España. "La CEOE va a apostar clarísimamente por la energía nuclear civil", precisó Garamendi para separarla de otros usos que generan inquietud. "Si apagamos la energía nuclear, España se apaga", zanjó.
Más ambiguo, el presidente de la patronal aludió en su discurso a la energía nuclear sin nombrarla. Gerardo Díaz Ferrán abogó por reducir la dependencia exterior "sin descartar la producción de ningún tipo de energía. De ninguno", enfatizó.
Aparte de ese problema futuro, Díaz Ferrán identificó como problemas inmediatos los derivados de la subida de los precios. La inflación, unida al mayor crecimiento en España de los costes laborales, "continuará erosionando la competitividad española en los mercados europeos", según el responsable de la patronal, que eludió referirse a la responsabilidad de las propias compañías en la fijación de precios.
Ante cientos de empresarios, el presidente advirtió de la "paulatina desaceleración" en la que ha entrado la economía española, pero rechazó cualquier intento de dramatismo: "Con estas previsiones, se descarta la posibilidad de entrar en un proceso de recesión económica".
Menos reglas
Una de las principales demandas de la patronal es liquidar reglas para las empresas. La CEOE cree que en España existe una hiperregulación, algo que "dificulta la vida diaria de las empresas". Desde que asumió el cargo, el pasado junio, Díaz Ferrán ha cargado varias veces contra lo público. Ayer volvió a defender una gestión privada de los servicios públicos, mayor liberalización de los sectores que aún no han entrado en este proceso, y unas administraciones más rápidas y eficaces.
Aunque el responsable de la patronal rehúsa entrar en el debate electoral, enviará el documento con sus propuestas al Gobierno, a los grupos parlamentarios y a los sindicatos, entre otros. Sus demandas fiscales son las tradicionales de la patronal: otra rebaja del impuesto de sociedades y del IRPF, supresión de los impuestos de sucesiones y de patrimonio e incentivos a la investigación. "A menos impuestos, más actividad y puestos de trabajo", argumentó.
Fuente: elpais.es