Funcas atribuye el dato a la caída del consumo y una fuerte ralentización
La desaceleración económica -el término crisis aún es tabú entre el Gobierno y la mayoría de los analistas- va cada vez a más, empujada por el sombrío panorama que se cierne sobre Estados Unidos -cada vez más cerca de la recesión- y sus consecuencias sobre Europa. Por este motivo, en apenas dos meses los expertos de 14 instituciones y servicios de estudios españoles, consultados por la Fundación de las Cajas de Ahorro (FUNCAS), se han vuelto claramente más pesimistas hasta el punto de que su consenso es que el producto interior bruto (PIB) apenas crecerá un 2,5% este año, seis décimas menos de lo que aún sostiene el Ejecutivo, y sólo un 2,1% el que viene.
En realidad, las estimaciones del Ministerio de Economía tienen un valor relativo a estas alturas, según admite incluso su propio titular, Pedro Solbes, quien nunca ha sido amigo de las previsiones y por ello sólo realiza dos cuadros oficiales con ellas a lo largo del año: uno a finales de julio para la elaboración de los Presupuestos del Estado del ejercicio siguiente, y otro a mediados de diciembre de cara a su inclusión el Programa de Estabilidad plurianual que se ha de remitir a la Comisión Europea. De esta forma, y salvo anuncios parciales que haga el propio vicepresidente -el próximo informe que prepara el Banco de España, más pesimista que el anterior, podría forzarlos, el Gobierno no moverá ficha en sus cálculos hasta bien entrado el verano.
Mientras tanto, los que no paran de revisar los suyos son los expertos, tanto de las grandes entidades como de las pequeñas. Según FUNCAS, que consulta con periodicidad bimensual a los principales, la mayoría coincide ahora en que la desaceleración económica será «más intensa» en España que en Europa, pese a que hasta el momento gozaba de más fuerza la opinión contraria.
El culpable es el fuerte frenazo del consumo privado, que apenas avanzaría un 2,3% este año (menos de la mitad que el público, con una tasa del 4,9%), lo que unido a la notable ralentización de la inversión (2,1%), han hecho mella en una demanda nacional que sólo aumentaría un 2,8%, tres décimas menos de lo que pensaban en enero.
En la construcción las cosas irán claramente peor, con un mínimo descenso en su inversión (-0,1%), mucho más abultado en 2009 (-0,9%), si bien la industria no conseguirá tomar su relevo como motor económico del país, con un avance de apenas un punto en su actividad y un ritmo inversor en bienes de equipo inferior al esperado (5,9%). En materia de precios, además, los expertos (de BBVA, Santander, La Caixa, las Cámaras del Comercio o el propio Instituto de Crédito Oficial, entre otros) piensan que la inflación cederá poco, por lo que sitúan su subida media anual en el 3,6%, aunque para 2009 la rebajan al 2,6%.
Más paro
Tampoco el empleo dará buenas noticias. Coinciden los especialistas consultados en que la ocupación apenas crecerá un 1,6% en 2008 y sólo el 1% en 2009, lo que hará que la tasa de paro se eleve este año hasta el 8,8% y el siguiente al 9,5%. El respiro, aunque moderado, llegará desde las cuentas públicas, que terminarán este ejercicio con un balance claramente saneado, aunque lejos de los últimos récord históricos. Su superávit llegará al 0,9% del PIB, el triple de lo que se registraría el que viene. La productividad, por su parte, ira a más pero de forma aún bastante reducida (un 0,9% en 2008 y un 1,1% en 2009), mientras que el déficit exterior, también en máximos, apenas se desacelerará pese a que en 2009, por vez primera en doce años, el ritmo de avance de las importaciones sería inferior al de las exportaciones.
En esta tesitura, la patronal española de empresas del metal (CONFEMETAL) ha advertido que el repunte de la inflación a finales de 2007 y principios de 2008 se trasladará a los salarios cuando comiencen los primeros procesos de negociación colectiva del año, lo que a su vez podría causar efectos de segunda ronda que subirían más los precios.
En realidad, las estimaciones del Ministerio de Economía tienen un valor relativo a estas alturas, según admite incluso su propio titular, Pedro Solbes, quien nunca ha sido amigo de las previsiones y por ello sólo realiza dos cuadros oficiales con ellas a lo largo del año: uno a finales de julio para la elaboración de los Presupuestos del Estado del ejercicio siguiente, y otro a mediados de diciembre de cara a su inclusión el Programa de Estabilidad plurianual que se ha de remitir a la Comisión Europea. De esta forma, y salvo anuncios parciales que haga el propio vicepresidente -el próximo informe que prepara el Banco de España, más pesimista que el anterior, podría forzarlos, el Gobierno no moverá ficha en sus cálculos hasta bien entrado el verano.
Mientras tanto, los que no paran de revisar los suyos son los expertos, tanto de las grandes entidades como de las pequeñas. Según FUNCAS, que consulta con periodicidad bimensual a los principales, la mayoría coincide ahora en que la desaceleración económica será «más intensa» en España que en Europa, pese a que hasta el momento gozaba de más fuerza la opinión contraria.
El culpable es el fuerte frenazo del consumo privado, que apenas avanzaría un 2,3% este año (menos de la mitad que el público, con una tasa del 4,9%), lo que unido a la notable ralentización de la inversión (2,1%), han hecho mella en una demanda nacional que sólo aumentaría un 2,8%, tres décimas menos de lo que pensaban en enero.
En la construcción las cosas irán claramente peor, con un mínimo descenso en su inversión (-0,1%), mucho más abultado en 2009 (-0,9%), si bien la industria no conseguirá tomar su relevo como motor económico del país, con un avance de apenas un punto en su actividad y un ritmo inversor en bienes de equipo inferior al esperado (5,9%). En materia de precios, además, los expertos (de BBVA, Santander, La Caixa, las Cámaras del Comercio o el propio Instituto de Crédito Oficial, entre otros) piensan que la inflación cederá poco, por lo que sitúan su subida media anual en el 3,6%, aunque para 2009 la rebajan al 2,6%.
Más paro
Tampoco el empleo dará buenas noticias. Coinciden los especialistas consultados en que la ocupación apenas crecerá un 1,6% en 2008 y sólo el 1% en 2009, lo que hará que la tasa de paro se eleve este año hasta el 8,8% y el siguiente al 9,5%. El respiro, aunque moderado, llegará desde las cuentas públicas, que terminarán este ejercicio con un balance claramente saneado, aunque lejos de los últimos récord históricos. Su superávit llegará al 0,9% del PIB, el triple de lo que se registraría el que viene. La productividad, por su parte, ira a más pero de forma aún bastante reducida (un 0,9% en 2008 y un 1,1% en 2009), mientras que el déficit exterior, también en máximos, apenas se desacelerará pese a que en 2009, por vez primera en doce años, el ritmo de avance de las importaciones sería inferior al de las exportaciones.
En esta tesitura, la patronal española de empresas del metal (CONFEMETAL) ha advertido que el repunte de la inflación a finales de 2007 y principios de 2008 se trasladará a los salarios cuando comiencen los primeros procesos de negociación colectiva del año, lo que a su vez podría causar efectos de segunda ronda que subirían más los precios.
Fuente: laverdad.es