La inflación armonizada interanual se ha disparado en mayo con una subida de cinco décimas, hasta el 4,7%, tras el respiro de abril, cuando el IPC bajó cuatro décimas hasta el 4,2%, y frente al 2,4% de hace un año, según el indicador adelantado del Indice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA), difundido hoy por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y que el Ministerio de Economía atribuye al encarecimiento energético.
En el caso de que esta subida al 4,7% del ritmo de avance de los precios, que es la tasa más alta que se recoge en la serie histórica iniciada en enero de 1997 del IPCA -que mide los precios de forma armonizada con el resto de países de la zona euro-, coincida con el dato general del Índice de Precios al Consumo (IPC) que se conocerá el próximo 11 de junio -y que no suelen variar más de una o dos décimas-, sería, al mismo tiempo, la más elevada desde julio de 1995, cuando también subieron un 4,7%.
Esta fuerte carestía de los precios, que está echando por tierra las previsiones del Gobierno de que la inflación empezaría a bajar esta primavera para cerrar el año en el 3%, está provocada por la subida a máximos del petróleo, que en los últimos meses ha llegado a los 135 dólares por barril y que también esta afectando al resto de países de la euro zona. De este lado, tal y como han recordado desde el ministerio que dirige Pedro Solbes tras admitir que el dato "no es bueno", el precio del crudo ha aumentado un 82% entre mayo de 2007, cuando valía cerca de 67 dólares, y este mes.
Ante esta subida del oro negro en los mercados internacionales, la inflación en los quince países que comparten el euro, según los datos preliminares de la oficina estadística europea, Eurostat, también ha vuelto a situarse en mayo en los niveles más altos de los últimos 16 años y el máximo desde la creación de la moneda única con una tasa interanual del 3,6%, tres décimas por encima del 3,3% que registró un mes antes. Asimismo, los expertos no descartan que llegue al 4% en los próximos meses mientras en, España, los analistas del Instituto Flores de Lemus elevan esta previsión hasta el 5% en verano una vez se hayan revisado las tarifas eléctricas.
En esta línea, la persistencia de la inflación, que está muy lejos del objetivo oficial de Bruselas del 2%, aleja la posibilidad de que el Banco Central Europeo afronte en los próximos meses una eventual rebaja de tipos, actualmente en el 4%, para hacer frente a la desaceleración iniciada tras la crisis financiera de las hipotecas de alto riesgo o subprime en Estados Unidos. Un deterioro económico que, a su vez, se está dejando notar con especial virulencia en algunos países de la eurozona como España por su exposición a la burbuja inmobiliaria.
Incluso, aunque la institución monetaria europea tiene poco margen de actuación frente al alza internacional del petróleo, algunos de sus dirigentes han puesto sobre la mesa la posibilidad de subir los tipos, tal y como propone el presidente del Bundesbank y miembro del consejo de gobierno del BCE, Axel Weber. No obstante, la mayoría de economistas rechazan este extremo al apuntar que el organismo podría optar por mantener el precio del dinero en el 4% para atajar los riesgos inflacionistas y evitar, al mismo tiempo, un parón más acusado de la economía de Los Quince.