La «integración» de ambas entidades se aprobó el pasado 29 de diciembre
Integración es el término técnico elegido por Caja Rural de Toledo y de Albacete para anunciar hoy una de las noticias económicas más importantes de los últimos años en el terreno financiero de Castilla-La Mancha: el proceso de fusión de ambas entidades. Aunque esta misma mañana los presidentes de Caja Rural de Toledo y de Albacete, Andrés Gómez Mora e Higinio Olivares, respectivamente, explicarán los pormenores de la integración, es previsible que la nueva entidad resultante esté presidida por el presidente toledano, mientras que el presidente albaceteño copresidirá. En cambio, la dirección general será compartida entre el director de Caja Rural de Toledo, Rafael Martín Molero, y su homóloga albaceteña, María Victoria Fernández.
Fue el pasado 29 de diciembre cuando ambas entidades «decidieron en sendos Consejos Rectores dar luz verde al lanzamiento de su proyecto de integración entre iguales», según se indicaba ayer en una nota de prensa emitida por las dos entidades.
El último paso que culminará la operación será la aprobación por las respectivas asambleas generales de socios. En el caso de la Caja Rural de Toledo la asamblea ordinaria se suele celebrar por el mes de abril, fecha en la que se convocará otra asamblea extraordinaria que ratifique la fusión. Mientras tanto, se considerará un periodo transitorio.
Según fuentes de la caja toledana, el proceso de negociación se ha caracterizado por un alto grado de consenso y transparencia. A este respecto, la nota oficial señala que «durante el ejercicio 2008, marcado por la crisis económica, las dos entidades han demostrado un gran apoyo a las economías de su ámbito de actuación, gracias a su solvencia y liquidez, dando al final del ejercicio un incremento en sus masas patrimoniales más significativas por encima de la media del sector y obteniendo unos excelentes resultados». «Ambas entidades sometieron a sus consejos un exhaustivo informe sobre su información financiera, que la prestigiosa consultora Ernst&Young preparó de cara al estudio de la integración entre las dos cajas castellano-manchegas. La due diligence realizada plasma en base a los datos históricos de las dos cajas la prometedora situación de la entidad resultante tras dicha integración. También es de reseñar la agilidad en la negociación entre ambas entidades, derivada de la homogeneidad de las mismas en sus prudentes y avanzados modelos y criterios de gestión».
Sin coste laboral
Otro de los aspectos a destacar de la operación es la inexistencia de ningún coste socio-laboral debido al no solapamiento de las infraestructuras de ambas cajas, lo que por tanto no incidirá en los puestos de trabajo ni en el número de oficinas, cuestión de la que han sido informados los respectivos Comités de Empresa. «Las sinergias que genera el proyecto, derivadas del no solapamiento de redes y estructuras, facilitan que no haya necesidad de ningún tipo de ajuste socio-laboral», señala la nota oficial. Al mismo tiempo, se descartó cualquier tipo de problema en ambas entidades, «ya que cumplen todos los ratios más importantes y se puede asegurar su buena salud financiera», aseguraron fuentes de la entidad toledana.
En la nota de prensa se destaca que «la integración no se deriva de la debilidad de ninguna de las entidades, lo que garantiza la viabilidad inmediata del proyecto». La entidad financiera resultante será la segunda en importante en la región tras Caja Castilla-La Mancha, con unos activos totales de más de 4.000 millones de euros, cerca de 2.000 empleados y alrededor de 240 oficinas repartidas en las provincias de Albacete, Toledo, Guadalajara, Madrid y Ávila. Dentro del ránking nacional de cajas rurales, la nueva entidad se situaría entre las cinco primeras. Según los cálculos, el beneficio de Caja Rural de Toledo del año pasado podría superar los 30 millones de euros, mientras que el de la de Albacete rondará los 12.
Fuente: laverdad.es